November 13, 2007

Los 100 años de Inesita



Estos días han sido llenos de eventos importantes. Por eso no me he dedicado mucho a escribir en los blogs o a sacar fotos...Una de las principales emociones fuertes fue la conmemoración que hicimos en familia por los 100 años del nacimiento de mi abuela materna y 10 años de su muerte.
Fue un evento precioso. Sencillo. Una tía se preocupó de la casa, otra de las invitaciones y el vino, una prima, del cóctel. Todos ayudaron con algo. Hice un diaporama con un texto de mi mamá sobre la vida de mi abuela y, mi querida prima Daniela, aparte del regalo sorpresa, hizo un ensayo sobre la Memé con los recuerdos de varios de los 20 nietos, los nosécuántos bisnietos y los 2 tataranietos (que no alcanzaron a conocerla).




quiero compartirlo. ojalá les guste.




1. Para algunos de los nietos, ella era la Memé; para otros la Abuelita y también, la Miné. Era pequeña, menuda, tenía las piernas delgadas. Usaba medias casi transparentes. En alguna época, a veces, la tintura del pelo le quedaba lila o celeste. Siempre tuvo apariencia de abuelita. Era ágil hasta que se enfermó. No le gustaba recordar que se llamaba Inés Consuelo. Le tenía terror a los polillones. Se reía mucho. Adoraba la ciudad de Roma. Tenía un cutis como de durazno.

2. En el comedor de su casa de la calle El Gobernador había un mueble cuyas puertas correderas se desplazaban con enorme dificultad. Adentro, se guardaban los cubiertos, los cuchillos tenían un fuerte olor a metal y manchas oscuras. En los aperitivos, los niños tomábamos bebidas y nos devorábamos las ramitas y los pepinillos dill. Si había mucha gente, almorzábamos en una mesa contigua a la de los grandes. Las cucharillas tenían un grano de café en su extremo. Preparaba postres deliciosos: crema amarilla, flan de coco con caramelo, mousse de chocolate. No le gustaba el ajo. Adoraba una especie de cocimiento de choclo rallado y los merenguitos del Montolín.

3. Tenía un closet macanudo con cajas en las cuales se guardaban cajitas, bolsas donde había bolsitas. Tesoros inimaginables para nosotros, pieles de armiño, pañuelos de seda, colonias y perfumes. Joyas. También juguetes, un montón de inolvidables juguetes.

4. Durante el otoño y el invierno llegaban decenas de picaflores a su jardín. De Brasil traía unas botellitas con flores de plástico en las cuales les ponía agua azucarada. Amaba sus plantas, cuidaba con pasión sus flores. El musguito de su jardín en Santiago fue recortado a tijeretazos por alguno de los primos menores. Pagaba recompensa por capturar caracoles. Tras la puerta de la cocina había una bolsa de papel café con semillas para los zorzales y las tórtolas.

5. En Los Andes alimentaba con avena a los peces de la fuente. Tenía unos narcisos de trompeta rosada increíbles. También había granados. En alguno de los cajones de la cómoda en su dormitorio había un libro de Babar; en uno de los muros, una bendición papal. El huevillo del patio, durante el verano, nos quemaba los pies desnudos.

6. Su cartera siempre tenía secretos fascinantes para esfumar cualquier aburrimiento en medio de las esperas.

7. Le gustaba jugar a las cartas; solitarios cuando estaba sola, a otras cosas con nosotros. Tenía un maravilloso juego de naipes pequeños con diseño de pajaritos adentro de una caja de cuero. Permitía que hiciéramos trampa y las hacía ella también.

8. A los primos en Brasil y en Concepción les escribía y enviaba cartas con tesoros: calcomanías, recortes, revistas, pañuelos pintados. Al sur viajaba en tren. De Brasil regresaba con regalos para todos y los artículos de aseo del avión para los niños que vivíamos acá.

9. Las navidades, el árbol de pascua plateado, las bolas de vidrio blanco brillantes y el pesebre de madera tallada, con esas ovejitas de patitas tan flacas. Lo mejor del domingo de resurrección era ir a su casa a buscar huevitos de chocolate.

10. El Tata le decía Í-nes. Ella hablaba del ‘papá’. De las dos camas idénticas en el dormitorio que compartían hasta que el Tata se enfermó, nunca se habló.

11. En su pieza tenía una foto autografiada de la Josephine Baker con pollera de plátanos. También había una pequeña reproducción de la Leda y el Cisne. El gallito de acuarela. Sobre el velador, entre los marquitos con fotos, unas fuentecitas de cristal donde dejaba sus anillos por la noche. ¿Se quitó alguna vez los aros de perlas?

12. Cuando se enfermó fue como un asalto por sorpresa al vínculo que cada uno de nosotros tenía con ella, a esa manera única e irrepetible de estar. En la clínica, y cuando ya no podía hablar, una de las primas pequeñas le llevó un alfabeto. A media tarde del 5 de noviembre pedimos para que descansara. Entonces, tomada de la mano, acompañada, se fue. Pesaba tan poco cuando la envolvieron en la sábana. Su espíritu ya había subido a la estrella que la vio nacer. 10 de noviembre de 2007



por Daniela Huneeus E.


(las fotos tienen derechos reservados y pertenecen a la familia de mi madre)

November 5, 2007

PELIGRO de EXTINCIÓN


Tengo un amigo documentalista que consiguió registrar imágenes preciosas de una especie en peligro de extinción. Además de lo que grabó y fotografió, está haciendo sonar alarmas advirtiendo que esta ave está desapareciendo del planeta.

Se trata del Gaviotín Chico o gaviotín peruano.

(foto es de Monica Rubio, de www.avesdechile.cl)



Aquí adjunto la carta que escribió Fernando al Mercurio. Creo que es importante estar informados... Por favor léanla.


Gaviotín en peligro

Señor Director:

La noticia que señala al príncipe Harry como sospechoso de la muerte de dos ejemplares de una especie de ave rapaz en peligro de extinción ocupó grandes espacios en la prensa. Extraño es que no pase lo mismo cuando aquí en Chile existe la posibilidad de que el Estado autorice una instalación industrial en la bahía de Mejillones, sobre lo que reconoce hasta la fecha como la colonia más importante de una especie de ave marina que también está en peligro de desaparecer para siempre de la faz de la tierra.

El gaviotín chico o peruano (Sterna lorata) es reconocido por nuestro Gobierno como una especie en estado crítico, y eso no sólo significa firmar un documento que lo acredite, sino también implica realizar los esfuerzos necesarios para que esa especie sobreviva.

Los investigadores han observado este lugar por cerca de nueve años, y estiman que deben existir apenas 200 animales adultos; y eso que esta colonia de nidificación reúne al 80 por ciento de la población mundial. Las diferentes especies de gaviotines han demostrado que son fieles a sus sitios de reproducción. Los tienen incorporados en sus cerebros. Estos son antecedentes que el Estado también ha recibido constantemente. Por esa razón, el SAG, como institución responsable, creó un área de protección en la bahía de Mejillones.

Sin embargo, en la actualidad esa misma zona es considerada como "suelo para uso industrial" en el plano regulador de Mejillones. Este cambio territorial -que fue aprobado por el mismo Estado- ha permitido la llegada de importantes proyectos industriales, en su mayoría ligados a la energía. Es así como termoeléctricas, complejos mineros y otros se instalarían justo encima de esta importantísima colonia de aves.

La población mundial del gaviotín chico ha disminuido en más de la mitad en los últimos 10 años, y su principal causa de muerte es la destrucción de su hábitat, tal como está pasando en Mejillones.

FERNANDO LUCHSINGER
Documentalista