LA JULIA

Lo conocí porque me sacó la chucha y me metió presa. Yo andaba macheteando en una farmacia del barrio alto. Lo traté de maricón conch’etumadre. El era paco y esa tarde estaba de guardia. Yo no me atrevía a mirarlo a los ojos en la comisaría hasta que él mismo me llevó a declarar. Me cagó en el juzgado, dijo identidadnocomprobada. Caí 5 días. El juez me dijo que me iba a hacer los dedos para comprobar quien era yo y asumí. Le dije me llamo julia cárdenas. Nos llamaron para hacernos un careo. Nos topamos en el ascensor del 32 juzgado y le dije siquerísmecagai, sino, no. El sólo me miraba. Cara a cara con el actuario él negó que yo había caído con carnet falso y eso que él tenía el carnet de la otra persona el bolsillo de la camisa. Yo tiritaba. Y me salvó. Cuando salimos, le dije gracias y lo invité a tomar una bebida. Conversamos como dos horas. Después nos vimos dos meses seguidos. Nos fuimos un fin de semana al Miramar en Viña. Me regaló cualquier joya y hasta una argolla de compromiso con nuestros nombres. Según él que yo le mentí. La Jocelyn me dijo que si él me quiere no va a creer los cahuines y si no, es porque por muy paco que sea, no vale la pena. Pero me dijo mentirosa. Y en esa época yo ya estaba con el Checho pero él tenía otra igual. Nunca le he dicho al Checho que el Claudio era el amor de mi vida.
El otro día lo vi en las noticias en la tele porque él ayudó a detener a un deficiente que mandaba una banda en Las Condes. El cojo que manejaba la camioneta.
Yo tiritaba entera, igual que en el juzgado. Tuve que irme a mi pieza. El Checho me quedó mirando pero no cachó que el de la tele era mi Claudio, el gran amor de mi vida. A veces me paso la noche, me amanezco pensando en él.
(CUENTOS, PSOE 2004)